Jon, acabo de volver al sitio del que me fui cuando aprobé las oposiciones.
Hace cuatro años, poco antes de tu muerte, tome posesión como funcionaria y me desplazaron a la otra punta de Sevilla. Nuevo sitio, nueva gente, nuevo trabajo después de tanto años en la misma empresa en el mismo proyecto.
Aquello era un cambio tremendo para mí como supongo lo hubiese sido para cualquiera. Y sin siquiera acostumbrarme al nuevo entorno comenzó el principio del fin, hospitales, pruebas, muerte.
Me sentí muy sola al no tener a mi lado a quienes me habían acompañado día a día en el trabajo y que eran mis amigos y siempre deseé irme de aquel edificio que relacionaba con tu muerte pero nunca supe cuánto hasta que volví a entrar por el pasillo central de éste.
Estaba feliz y aún así pensé que aquella que se fue triste por dejar a los amigos pero alegre por un nuevo comienzo no era la misma que volvía. Ahora era alguien conviviendo con la pérdida de su hermano y con muchos problemas alrededor.
Todos me dicen que tengo suerte de haber dejado la empresa y ser funcionaria pero aunque no lo digo en silencio pienso que no la tengo y que lo daría todo por volver atrás. Como dicen de todo se aprende en la vida pero yo no quisiera haber aprendido esta lección.
Un beso muy grande hermanito.
P.D. Acuarela