viernes, 25 de febrero de 2011

Tu madre en el catálogo


Jon, dicen que hay que poner algo en el catálogo pero ¡si yo te lo tengo todo dicho! Si yo lo que quisiera es tenerte y te tengo, en espíritu, pero es tan duro...

Yo también fui alumna tuya, pero con eso de que era tu madre no me hacías demasiado caso. De todas formas, en esta exposición irán dos cuadros hechos a dos; uno, un bodegón en el que nos enseñaste a hacer el cristal y en el que hubo alguna ayudita por tu parte, y el otro, el de bolillos, para el que en una de las tardes del curso de cerámica te abordé para que hicieras un dibujo en el centro del paño.

Dejaré ahora a nuestro amigo Enrique Montenegro Pinzón que siga hablando a través de la dedicatoria que te puso en su libro "400 artistas contemporáneos onubenses" en el que estabas incluido: "A Jon Castizo Ciluaga, un artista importante, haciendo nuevas exposiciones y un gran maestro docente. Un abrazo, Enrique"

Gran amigo del alma, ahora estarás Enrique con Jon hablando de vuestras cosas, como lo hacíais cuando nos recibíais Elo y tú en vuestra casa con esa generosidad que os hacía distintos a los demás.

Un abrazo muy fuerte para ti, Enrique. Gracias, Jon, por regalarnos tus 42 años de vida compartida con todos. Como dicen "llegó tu hora" y ahora nos tienes que ayudar a pasar tu ausencia con alegría como tú quieres.

Tu madre

P.D. Dibujo de tu amatxu con vistas de Elantxobe por detrás realizado a los 18 años.

martes, 22 de febrero de 2011

Tigre


Llegó a nuestra vida casi dos meses después de tu partida. Según tu madre me haría compañía en esos momentos tan duros para mí.

Nunca hemos tenido dos gatos a la vez en casa pero así fué, lo llevamos a mi casa pero con tanto ir y venir a Huelva al final fue adoptado por la familia y allí quedó. Aitor ya me dijo que si yo quería gato que cogiera otro, que Tigre se quedaba.

El comienzo fue duro para Yoda, un rival en su cariño, pero a base de lametones y cariños, fue conquistado por él. Un cachorro siempre quiere juego e intentaba provocarlo, las menos lo conseguía y había carreras por la casa en las que uno corría más que el otro evidentemente. Además y a pesar de estar más grande que Yoda, tenía claro que el adulto era el otro y cuando algún gato de la calle venía a su territorio el que lo defendía era Yoda porque él se quedaba atrás con miedo.

A nosotros nos tenía conquistados: era muy bueno, juguetón, cariñoso (iba a dónde tú fueras y cuando quería cariño venía en busca tuya y te ponía la cara al lado de la mano para que le acariciaras y cuando quería en el otro lado pues giraba la cabeza) y lo mejor para mí, un parlanchín que te saludaba cuando le hablabas, cuando pasaba a tu lado, cuando quería comida, cuando veía a Yoda,... Ha sido nuestro primer gato con la habilidad del gorgoteo. El maullido lo tenía reservado únicamente para la protesta.

Teníamos un cuidado especial con él porque aún era un inocentón y sobre todo tu madre se preocupaba de acostarlo por las noches en su cuarto y de que no saliera por la ventana que abría el callejero de Yoda. A pesar de todo algunas veces salía y el domingo por la tarde uno de esos que se creen que las calles de un pueblo es una autopista le dió un golpe en la cabeza y lo mató.

Se nos ha ido la alegría de la casa y compañero de juegos de todos.

Jon, como siempre has estado presente pero es que además a veces he pensado que debías estar allí para acompañarnos como si aún estuvieses vivo. No sé porqué me ha pasado eso.

Un beso muy grande Jon y a tí Tigre muchas gracias por esos momentos de felicidad que nos has dado.

P.D. Yoda y Tigre en la ventana de casa.

jueves, 17 de febrero de 2011

Regreso al Hospital


17 de febrero, diecisiete meses

Ayer volví al hospital de Huelva. Desde el día, un mes más tarde de tu muerte, en que fuimos a hablar con tu doctora sobre los resultados de la biopsia no lo había hecho y tampoco el resto de la familia.

La tía, tu madrina, se ha caido y está ingresada. Seguro que todo queda en un susto pero allí está y esperemos que sean pocos días.

Desde que lo supe, el estómago se me encogió y el pecho me dolía sólo de pensar en ir para allá porque aunque no tengo recuerdos especialmente malos de esos días, mas bien son buenos, lo cierto es que aquellos fueron tus últimos días. De todas formas y como la tía es muy importante para nosotros había que ir.

Tus padres fueron ya el martes y pasaron la tarde allí. Tu madre me dijo que si hubiese sido en Córdoba no habría sido capaz de ir y, para tranquilizarme, que además estaba en la 2ª planta y no en la 1ª como tú.

Ayer al llegar de Sevilla acerqué a tu madre al hospital para quedarse con la tía y yo fuí algo más tarde.

Aparqué mi coche en ese parking en el que tantas veces aparqué, pasé por delante de rayos donde te hicieron radiografías (pude vernos a ambos esperando delante de la sala) y fui hacía el patio de los potos por el que paseamos tan a menudo. Mi corazón iba acelerado.

Había dado unos pasos por el pasillo que rodea el patio cuando vi acercarse a una de las auxiliares de tu planta llevando a un enfermo. Me reconoció y me saludó enseguida con una amplia sonrisa y yo le devolví una tímida sonrisa. Pensé, sí, soy la hermana del "muchacho de buen aspecto y con los pulmones malos que murió en Córdoba de forma inesperada".

Continué y descubrí que la tía no estaba en traumatología porque no había camas sino que estaba justo arriba de tu zona. La escalera para subir está muy cerca de la entrada de tu pasillo, me asomé pero no me atreví a entrar y tomé las escaleras. Subí y llegué a la habitación, tres más allá de la tuya, con la misma vista por la ventana pero algo más alta.

Al menos, la visita tuvo algo bueno, tu tía estaba contenta y se le veía bastante bien para el porrazo que se ha dado.

Un beso y masajitos, Jon.

domingo, 13 de febrero de 2011

Arriba, en El Tejar


Últimamente tu hermano nos tiene el campo perfecto, limpio sin hierbas y además está sembrando varias cosas. En su huerta tiene lechugas, lombardas, coles, ajos, perejil, culantro, puerros, rabanillas, habas y guisantes.

Esta semana tocaba el ir sembrando las patatas, esas que tanto nos gustan a todos porque saben diferentes a las compradas. Tu padre las cortó seleccionando las yemas el domingo pasado y durante estos días ha comenzado a sembrarlas.

Dice Aitor que para estar seguro de que este año salgan, repartirá la siembra en varios trozos del terreno y así ha empezado.

El viernes al regresar del trabajo me acerqué al campo y estuvimos los dos sembrando en la parte de arriba del terreno. Fue un día soleado y mientras el sol está arriba, sin frío.

De vez en cuando, como no vamos a destajo, nos sentamos a descansar, charlamos y contemplamos el paisaje: una vista perfecta hacia abajo de nuestro terreno con sus chopos y nuestra casa y a la izquierda del valle que incluye a Villarrasa.

Desde bien joven, siempre dijiste que arriba te harías un estudio que tuviera esa magnifica vista y que aquel terreno era para tí y un día, no tan lejano, paseando con Aitor, encontraste un clavo enorme perteneciente a una puerta antigua allí y dijiste que aquella era una señal inequívoca de que ese era el sitio perfecto.

Estuviste pensando en ello, que si una casa de madera, que si con bloques, hablaste con el padre de Isa para informarte e incluso llegaste a preguntar en el ayuntamiento sobre el permiso para poder construir pero las condiciones ahora son muy complicadas para que te lo den para hacerlo en el campo.

Ahora cuando vamos a arriba siempre lo recordarmos con cariño y charlamos sobre ello. No hay duda de que nos acompañas en cualquier situación de nuestra vida y como dicen seguirás vivo mientras nosotros andemos por aquí.

Un beso muy grande Jon.

P.D. Aquí estamos en la puerta de la casa, unos adolescentes con Aitor vestido de aldeano (vasco).

martes, 8 de febrero de 2011

5 - 1 = 4


El sábado tuvimos comida familiar en casa de la tía. El día estuvo espléndido y comimos fuera.

Al llegar montamos las mesas donde siempre para comer al lado de la piscina. Luego empezamos a echar cuentas de las sillas necesarias Sonia y yo. Yo, mentalmente, siempre empiezo por ellos y como siempre aunque ya hayan pasado más de diez años desde que falta el tío me digo seis menos uno, cinco, más las dos parejas más las niñas. Supongo que en su interior también la prima hizo la misma cuenta.

Ahora yo también hago una resta con nosotros y cada vez que la hago supone una puñalada para el corazón porque una cosa es que faltes por algo y otra que sea definitivo y que seas tú.

Pasamos un rato muy agradable y divertido aunque a mí me cuesta bastante que estemos todos allí y que tú, mi hermano, faltes tan pronto.

Un beso muy grande Jontxu.

P.D. Entre tus cosas encontramos esta foto bastante estropeada porque tu padre la llevo en su cartera bastante tiempo. Estamos en el campo y nuestra amatxu en vaqueros.

jueves, 3 de febrero de 2011

Los trenes de lata



En aquellos tiempos de vuestra infancia íbamos a pasar unos días a los Pinos cantando todo el tiempo hasta el kilómetro diez en que había que parar a tu hermana con el mareo de siempre. La alegría que transmitíais nos hizo buscar un tercer hijo, tu hermano.

Recuerdo la alegría que os daban los trenes que os hacía con conservas de latas atadas con cuerdas para después cargarlos, unos con piedrecitas, otros con palos, otros con hojas del madroño que había en frente de la casa y así hasta que el tren estaba completo.

Uno de esos días llegaron los primos de Huelva y como a todos los niños les gustó y tuve que hacer otro tren para que todos disfrutaran con esa fantasía que sólo los niños tienen.

Hasta pronto, hijo. Tu padre.

P.D. En los Pinos junto a José Mª y Pepi.