jueves, 29 de octubre de 2009

Exposición 1992. Escrito de Jon



Cosa curiosa la pintura, satisface a ratos que luego se quedan en nada, no pudiendo desclavar su pensamiento de ella, ¿Cómo el sexo?

La luz, el color, manchas sinuosas, astillas de un poder creador, hambruna para alguien que vive sobre un cristal pulido y transparente, sugerente e inspirado, en definitiva resbaloso.

"RING, RING, RUM, RUM", ruido de sirena y marcha; vuelvo al mundo del que nunca me fuí, despierto huyendo de mi mismo, entre azules y mortecinos diseños, redes de venas, cinco dedos como diez, resultado el rojo, el verde y formas.

Me siento tanto, que si pudiera rodaría como piedra de río muerta. Si fuérais ranas, ¿qué color os gustaría? ¿verde?, evidente pero poco original... ¡Atención, corred! es el momento de estar escondido en esa tierra de nadie que es la duda, ¿enloquezco? no creo.

Cuanto me gustaría cabalgar tu hombro, porque es de tí lo que no conozco y triunfar. Me volví creyendo que era Dios a mis espaldas, y sólo era yo solo; LLEGAMOS, un viaje, la vida, esquinas, redondeces, formas, ideas, ideas, ideas, ...


© Jon Castizo Ciluaga

domingo, 25 de octubre de 2009

24 de octubre, la sierra

Jon, durante muchos días he dudado en ir a despedirte. Se que es una tontería pero tus cenizas eran lo que quedaba de tu cuerpo. Me veía incapaz y tus padres me dijeron que no fuera. Al final he estado contigo. Si no lo hubiese hecho, habría sentido que de alguna forma te fallaba.

Me he alegrado de ir. Ama ha elegido el sitio, debajo de un alcornoque, resguardado de vientos y con la vista del valle a tus pies. Te hubiese gustado pintarlo al igual que disfrutabas de todos esos alrededores con tus alumnos de pintura.

Ha sido un momento muy duro para nosotros aunque se que tu nos acompañas siempre. Al final y a pesar de que nos insistieron, tus padres decidieron que el momento fuera algo íntimo, sólo para nosotros. Tus amigos hubiesen querido ir pero estoy segura de que nos comprenden.

Te quiero, tu hermana.

Jon, tus cenizas y las mías

La sierra, paisaje que tanto te gustaba y que hiciste de tus alumnos admiradores de tantas cosas bellas como Dios nos da.

En aquellos parajes, ahora tus cenizas y las mías (en ellas van parte de mí) cantarán y bailarán al son del viento, dibujarán formas insospechadas, maravillosas y el canto del pájaro será un trino celestial, llenos de gorjeos y arrullos como sólo Dios supo poner en su garganta.

Tendrás los vientos de la sierra para respirar y ahí aire no te faltará aire ni te hará falta el abanico porque camina contigo siendo uno como las alas de una mariposa.

¿Sabes una cosa Jon? Me estoy haciendo poeta, como la mariposa que quiere salir de su capullo.

Jon ¿será que estamos conectando ahora más? ¿Qué te siento como cuando eras chico?

Agur neure mutil ederra Adiós mi muchacho hermoso

sábado, 24 de octubre de 2009

Oración

Divina Providencia, Tú que has dispuesto la fecha de la muerte de Jon a los 42 años, con tantos dones como le concediste, con tantos proyectos como tenía, ¿cómo es posible que lo podamos comprender nosotros? Escapa a nuestra capacidad como personas...

Divina Misericordia ten piedad de él que con esa sonrisa de paz nos despidió, aquí te traemos sus cenizas que es en lo que quedamos todos (polvo eres y en polvo te has de convertir). Aquí te lo traigo. Tú me lo diste y te lo entrego en esta naturaleza que tanto nos hizo pintar y tanto le gustaba.

Ama.

Oración

Señor Dios, al cumplir con dolor del deber de dar sepultura al cuerpo de nuestro Jon, te pedimos le des parte en el gozo de tus elegidos.

A tí señor me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás

Iseko Miren.

viernes, 16 de octubre de 2009

Agradecimiento 15 de octubre

No nos queremos ir sin daros una vez más las gracias por el cariño expresado a nuestro Jon y a todos nosotros.

Ha pasado casi un mes desde que Dios quiso llevárselo y nos cuesta trabajo encajarlo y comprenderlo. ¡Las decisiones de Dios son misteriosas pero siempre son a nuestro favor! Que El nos muestre el camino a seguir, por cierto, El siempre se vale de alguien, de algo, ...

El otro día vino a casa una compañera de los matrimonios cristianos, madre de una alumna mía. Ella, como alemana, no habla perfecto, tiene ese acento peculiar de todos los extranjeros, y me suelta: Josebe tengo una cartita que quiero que leas cuando tengas un ratito (con la humildad que le caracteriza). Os leo el poema que incluía:

Sólo me he ido a la habitación de al lado.
Yo soy yo y vosotros sois vosotros.
Lo que yo era para vosotros todavía lo soy.
Dadme el nombre que siempre me distéis.
No viváis de forma diferente, no estéis tristes.
Seguid alegrándoos de lo que siempre os alegrasteis.
No me he ido, sólo estoy en el otro lado del camino.

Fritz Reuter

Es el regalo y el consuelo más grande que nos han dado. La leemos un montón de veces. Uno de nosotros dice que se lo va a plastificar y que lo pondrá en su cabecera. Gracias a Dori y a todos vosotros.

En la habitación de al lado.

Para tí, Jon, con cariño

Cuando se escribe un poema
La mano suele temblar
Al expresar los momentos
Que tienes que recordar
Y yo te recuerdo Jon
De una manera especial

Yo me quedaba admirada
Cuando te veía pintar
Tu sabías que me agradaba
Tu manera de enseñar
Me hubiera gustado mucho
Haber seguido pintando
Pero otras obligaciones
De tu curso me alejaron

Tus cuadros representaban
El arte y la fantasía
La realidad superaban
Dándole color y vida

Y por eso tus pinceles
Se quedan en el recuerdo
De tus alumnas y alumnos
Que de ti tanto aprendieron

Dolores Macías

jueves, 15 de octubre de 2009

Tu amiga y alumna, Manoly Miraz






Querido Jon:

Hoy nos hemos reunido en esta casa de todos, para recordarte una vez más.

Tu pérdida nos causó un gran dolor, por lo prematura e inesperada. Porque es hoy el día en que todavía no la hemos asumido.

No concebimos que lleguen los martes y los jueves y no nos estés esperando en nuestra aula, de tantos años escuchando tu voz fuerte que destacaba por encima de todas (que ya es decir). Pues no había día que no te cansaras de repetir una vez tras otra, que nos callásemos para, una vez conseguido, ofrecernos aquellas explicaciones y consejos que tanto nos agradaron en nuestra incipiente vida de artistas aficionados.

Siempre te tendremos en nuestro pensamiento al realizar los carboncillos dibujados en el papel, las acuarelas y pasteles en sus cartulinas y al deslizar los pinceles en nuestros sencillos lienzos de óleo en los que tú eras un verdadero maestro y creador.

Sentiremos a nuestra espalda tu presencia, para indicarnos tal o cual defectillo, o un animoso “por ahí van los tiros”, con un asentimiento de cabeza, cuando algo se hacía bien y te gustaba.

Al entrar en clase, sobre todo, las que te conocíamos bien, te mirábamos un momento a la cara y enseguida sabíamos si tenías o no un buen día, o si te habían hecho rabiar un poquillo las clases anteriores.

Eras entrañable hasta cuando hacías callar y si alguna vez te pasabas un poquillo, enseguida, desde la distancia, sentado en tu mesa, enviabas un guiño cariñoso como disculpa y todos contentos.

Tenías arte hasta para encandilar el ánimo de todas cuando tu querías.

Por encontrarme todavía en Galicia en mis vacaciones veraniegas, no he podido darte mi último adiós, hecho que siento de todo corazón. Pero El que todo lo decide y considera oportuno, te quiso rápido a su lado. Seguramente hacían falta más pintores como tú en el Cielo para, con tu riquísima paleta de colores increíbles, seguir llenando de alegría los cielos de Huelva.

Tú, que ya estarás ante las puertas de la Luz, cuando veas a Dios, pregúntale por qué, a veces, el Cielo no puede esperar, porque nosotros, desde aquí abajo, no lo comprendemos.

Gracias Jon, por habernos enseñado a amar y entender la pintura, por acomodar tu vida a las nuestras, a nuestros gustos y aspiraciones.

Gracias sobretodo, por convencerme para que me decidiera a dar el paso para exponer por primera vez diciéndome “anímate, ya estás lista”.

Gracias por echar piropos a nuestras obras con el afán de animarnos, por ser incansable y tener paciencia durante nuestros “cotilleos”.

Gracias por tan buen corazón.

Te fuiste en lo mejor de tu vida, con muchas ilusiones por cumplir pero no creas que te vamos a olvidar, siempre serás nuestro profesor, nuestro Jon.

Para ti, dónde estés y como tu más antigua alumna, te envío en nombre de todas y en el mío propio nuestra gratitud, nuestro cariño inmenso y el recuerdo eterno de nuestros corazones, porque como bien dice la preciosa canción “la muerte no es el final”, es un ¡hasta siempre!.

Te queremos Jon, y como tú decías al despedirte cuando hablábamos por teléfono:
“UN BESO GRANDE” de Manoly Miraz

miércoles, 14 de octubre de 2009

Los abalorios de Jon

Te veía tan humilde sentado en la cama con tu cajita de abalorios deseando agradar a todo el mundo... Si no hiciste cincuenta o más no hiciste menos, a mí me arreglaste el collar de jade (3 euros en el mercadillo). Como estaba largo me hiciste los pendientes y todavía te sobraron algunas piedrecitas que fueron a la cajita (que sabías somos las madres), luego me hiciste la pulsera y el colgante, a Isa, pendientes y colgante, y a Isabel, su madre, los pendientes, a tu hermana y tu prima Sonia, los pendientes y el anillo, y a todas las enfermeras y médicas que pasaban por tu cuarto, incluidas las agregadas de otras zonas.

Ayúdanos Jontxu desde el cielo. Ya te habrás conquistado a todos los ángeles con tus múltiples colorines de tus abalorios.

Qué tu manos tan llenas de arte que Dios te dio sigan repartiendo su gracia sobre nosotros.

Las decisiones de Dios son misteriosas pero siempre son a nuestro favor

¡Díos mío! Qué sepa verlo.

Quiero sentir tu cuerpo

Jon, vuelvo a Aljaraque, a Bellavista, a nuestra casa. Tengo miedo Jon, tus caminos, tus clases, la casa, estarán vacíos sin ti porque se diga lo que se diga, Dios ha hecho nuestro cuerpo para que nos amaramos a través de él.

¿Qué hago cuando pase por la puerta de la Asociación? Quité tu cartel (no lo podía soportar), la mano de colorines abierta a todos esperándonos...

Hijo mío que pronto te ha llevado Dios con la falta que haces en tu casa. Yo te reñía porque los problemas te los tomabas a pecho y luego repercutía en ti.