martes, 29 de junio de 2010

Es tan duro


Es tan duro pensar que te fuiste de casa para ingresar en el hospital para hacerte unas pruebas y pensar que ya no volviste allí. Todo quedó en espera, sin recoger, total serían unos días...


Es tan duro que dejaras tu furgoneta cerca de tu casa, me enviaras de vez en cuando a echarle un vistazo y cambiar el ticket de la zona azul, te la mudase a Aljaraque para poder tenerla a la vista y ya no volvieras a cogerla.


Es tan duro revisar ese portátil que no querías que cogiera para que no viese algo tuyo privado. Te lo llevaste a Córdoba para comunicar con tus amigos e incluso allí cuando lo cogí para reservar más noches de hotel me dijiste que no mirara.


Es tan duro mirar cuadros, dibujos, papeles, cuadernos, apuntes, poesías de juventud, ...


Es tan duro que llegue San Juan y ya no sea motivo de celebración.


Es tan duro no poder arreglar esto, ni consolar a tu madre, ni poder verte más.


Es tan duro que ya hayan pasado nueve meses...

Jon, te echamos de menos.

jueves, 24 de junio de 2010

San Juan


Tenemos miedo, nos vamos acercando a esa fechas que nos condujeron a tu final.

Hoy es San Juan, el santo de tu padre y el tuyo. Te llamas igual que él, Juan Manuel, aunque no se para qué, porque desde que fuiste un bebé te llamaron Jon, Juan en vasco.

En los papeles oficiales Juan Manuel y para el resto del mundo Jon, tanto que tu primo Antonio se sorprendió el día de tu muerte cuando preguntó por Jon Castizo y le dijeron que allí no había nadie con ese nombre pero, pensando, le dijeron que sí había un Juan Manuel Castizo.

El año pasado celebramos vuestro santo el sábado aunque cayó en miércoles pero como yo estaba en Sevilla lo dejamos para ese día. Comimos pollo y carne ibérica al horno con muchas patatas para que no haya problemas.

Te regalamos lo que nos pediste, una nueva cámara de fotos digital cuyo único uso fue tu viaje a Avila y una foto a una paciente en el hospital mientras esperabamos a tu ingreso. Te dije que no la hicieras, que estaba inconsciente y que no debías hacerla sin permiso pero me miraste diciéndome que me callara con la mirada y la hiciste. En la tarjeta de memoria seguía esa foto robada después de tu muerte.

Ayer nos acordamos de tí todo el día, estuvimos revisando alguna de las cosas que aún nos quedan. Me acosté pensando en tí y mi primera idea al levantarme ha sido ¡Felicidades, Jon! Ya ni siquiera tengo móvil al que mandar un mensaje...

Sigue siendo increible lo que ha sucedido ¿Qué vamos a hacer hoy? No queremos celebrar nada pero habrá que pasar de alguna forma este día. Seguramente iremos a misa esta tarde.

Mi hermano, mi compañero, ¡Zorionak! ¡Felicidades!


P.D. Jon con nuestros padres y la tía Carmen en Laga.


lunes, 21 de junio de 2010

Exposición aula pintura

Texto de Jon para la exposición. Al final os incluyo unos segundos que grabé con mi cámara de fotos el 16 de junio de 2009.

Un ciclo más se ha completado para los estudiantes del aula de pintura de Aljaraque. El verano llegó, los pinceles que se movían ahora rápidos y ahora lentos, permanecen enjabonados y peinados a la espera de la mano que los sujete firmes en su danzar frenético y los lienzos encapados muestran sus brillos de barnices imposibles.

No es ésta una exposición de glorias sino de labores pausadas, cada pincelada nace de una duda para que vosotros saboreéis certezas.

He tenido la dicha, en este año de cambios, de observar como mis alumnos han crecido en maestría y destreza y como han dejado atrás sus miedos retando a la vida paleta en mano; yo les enseño y de ellos aprendo y de este trueque antiguo unos y otros nos beneficiamos.

Creo que hablo en nombre de todos al reconoceros vuestro apoyo para con la Escuela Municipal de Artes Plásticas, que pronto dejará de ser un un sueño y pasará a ser una realidad.

Me gustaría terminar agradeciendo a mis alumnos su paciencia y dar la bienvenida a aquellos que decidan sumarse a este grupo de locos por el arte.

Atentamente,

Jon Castizo Ciluaga

jueves, 17 de junio de 2010

Seguimos viviendo


17 de junio, nueve meses

Hoy además de 17 es jueves como ese 17 de septiembre, cuando hablamos contigo por última vez y nos despedimos de ti.

Jon, cambiamos de estado de ánimo continuamente aunque muchas veces la apatía (¿tristeza?) puede con nosotros. La gente dice que la primavera es época mala para la cabeza, que todo el mundo anda igual, pero para nosotros es mucho más.

Por ejemplo, a mí antes de todo esto no me solía costar ir al trabajo, después me he sobrepuesto pero he pasado unos días en que he sentido una losa encima mía. Me he cogido una semana de vacaciones para ver si al menos desconecto de él.

Cuando hablamos tu madre y yo, aún nos parece increíble que no vayamos a verte, que no estés aquí. Cuando me vienen esas ideas intento no pensar en ellas y cambiarlas por otras, incluso recuerdos contigo. No se si esto es una huida pero me cuesta enfrentar lo contrario.

Algo más calmada debo estar cuando puedo pararme a escribir anécdotas. Por cierto, a colación de recordar la Primera Comunión, vi nuestros libros y en el mío el segundo propósito era ¡no pelearme con mi hermano! ¡Vaya!, eso no lo conseguimos siempre desde luego. Somos hermanos para lo bueno y para lo malo. Con Aitor es distinto, siempre lo hemos cuidado y protegido y no tenían sentido peleas con él porque pertenece a otra época del desarrollo de nuestra vida.

Los recuerdos son agradables, sí, pero conllevan la tristeza de que no está aquí mi compañero para compartirlos.

Dice ama que cuando preguntaba por el más allá a la suya, ella le decía que no había vuelto nadie del otro lado para contarlo. Ya sé que tu tampoco lo harás pero ya podrías dejarnos alguna muestra de que estás velando por nosotros.

Un beso muy grande.

lunes, 14 de junio de 2010

Jon y el canasto




Como todos los chiquillos de entonces, ellos jugaban en las calles del pueblo sin miedo a tantas cosas como pasan ahora.

Les teníamos dicho que antes de oscurecer vinieran a casa pero algunas veces se les iba el tiempo sin darse cuenta, sobre todo a Jon jugando a las canicas (Josebe venía más tarde de la clase).

Un día le dije que si venía de noche, le dejaría en la puerta sin entrar con un canasto y un trozo de pan. Recuerdo que se quedó pensativo (no estaba acostumbrado a los castigos) pero pasó y pasó.

Uno de los días se confió y vino de noche, tan tranquilo, mirándome a la cara para ver como estaba el asunto. Yo con las mismas, sin decirle nada le puse en la mano el canasto y le cerré la puerta detrás de la cuál me quedé. Me extrañó tanto silencio (sin llanto) y viendo que el tiempo pasaba, abrí la puerta y el pájaro había volado. Me llevé un buen susto y nos pusimos a buscarle (culpándome por lo que había hecho). Menos mal que tardamos poco en dar con él, estaba en casa de la tata Juanita sentado en la copa, tan tranquilo y con cara de no haber roto un plato.

Ya no le puse más castigos de ese tipo (primero y último). La castigada fui yo.

¡Ay, Jontxu!

P.D. Jon con Aitor. Se está riendo porque le dio a Aitor, que era muy pequeño, una azada, cosa que su madre no quería.

jueves, 10 de junio de 2010

La Primera Comunión



Siempre fuimos a una en todo pero llegó la Primera Comunión y ahí se rompió la pareja, no porque nuestra madre no la quisiera sino por mí. Ese lapsus no impidió que nuestro ritmo de educación y vivencias continuaran siendo uno después.

Nosotros no coincidimos en el mismo curso por diez días pero ni aún así hubiésemos ido a la misma clase ya que en nuestros primeros años de colegio se separaban los niños y las niñas.

La Comunión antes se hacía con menos edad y en el pueblo (Villarrasa) recibíamos la catequesis en clase y en la iglesia. Estando en 1º de EGB empezamos a prepararla y llegada la primavera, Don Antonio, el cura, le dijo a nuestra madre que ya estaba preparada.

Ella le dijo que no, que era muy pequeña, 6 años, y que además quería que la hiciéramos juntos. Y así fue, no la hice aunque sí la hicieron las mayores de mi clase y sólo quedamos sin hacerla unas pocas, las pequeñas de final de año.

Al año siguiente ya la iba a hacer el resto de mi clase y de nuevo vino nuestra madre a decirme que te esperara y yo le dije que no, que ya no quedaría nadie de mi clase. Total que transigió y yo hice la Comunión antes que tú.

Como para todos los niños fue un día especial, los bancos de la iglesia fueron adornados con sábanas, flores y trigo por nuestra madre y otras catequistas, los regalos fueron una cosa más adecuada a un niño que los actuales pero el convite sí fue especial.

Vivíamos en una casa anexa al colegio en que nuestra madre daba clase (sólo había dos aulas, el resto se encontraba en otro colegio) por lo que el patio del colegio, fuera de horario escolar, era nuestro enorme patio particular y allí se hizo el convite, se usaron las clases como salón y el patio para estar.

La comida fue preparada en casa por la familia y amigos y hubo de todo en abundancia: jamón, queso, carne mechada, ... y entre todo, lo que llamaba más la atención era una mesa llena de marisco de toda clase que trajo tu tío y padrino Crisanto directamente de los barcos. Asistió toda nuestra familia y medio pueblo y nuestros primos aún recuerdan los convites allí y que siempre deseaban que hubiese alguna ocasión para ir a otro.

De estos convites hubo tres en total porque al año siguiente tú hiciste la Comunión y dos años más tarde fue el bautizo de Aitor. Sólo un año más tarde nuestra vida cambió, nos mudamos a Aljaraque y perdimos aquel pequeño reino de nuestra niñez.

Bueno y como tú eres el protagonista, aquí estamos los dos en el patio del colegio con los ventanales de una de las clases detrás el día de tu Primera Comunión.

Un beso muy grande Jon.

jueves, 3 de junio de 2010

Señales



A veces hay gente que dice que hay que tener la mente abierta y receptiva para descubrir señales de los seres queridos.



Soy bastante escéptica pero la verdad es que no está nada mal el pensar que recibes una señal y a mí me parece que he recibido varias en una semana.

Aparte de la rabia que siento por no tenerte aquí y ahora, mi falta de fe en algo más me destroza porque pierdo la esperanza pero creo que podría considerar señales para recuperar mi fe las siguientes:

1.- Tu hermano Aitor me dijo con firmeza que el estaría contigo en una vida futura. No tiene dudas al respecto y me lo dijo sin que yo le preguntara por ello en medio de una conversación.

2.- Rizando el rizo, ¿cómo terminó Perdidos? (serie tonta para tí pero que yo he seguido de principio a fin): con una declaración de vida futura en la que te reencuentras con todas las personas importantes para tí, ya hayan muerto antes o después de tí. A mí, que la ví con amigos para disfrutar de ese capítulo final, se me saltaron las lágrimas imaginando un reencuentro futuro.

3.- He ido a un curso en el trabajo denominado "Inteligencia Holística". He llegado a él de rebote, sin esperarlo, porque hubo gente que se apuntó y luego se echó para atrás. Ha sido un curso metafísico que ha revuelto todo mi interior. Nada más comenzar, la profesora dice que para ella la muerte es un tránsito y que eso es algo que sabe el inconsciente colectivo de nuestra especie...

4.- Además de técnicas de relajación, aprendimos técnicas de visualización y en particular una que usan los Sioux para encontrar respuesta a una pregunta que tú te haces sobre algún conflicto interior o problema que tengas.

Realmente al relajarte obtienes la respuesta de tu inconsciente que tú no te atreves a darte. No voy a explicar aquí la técnica pero como en un flash obtuve tres respuestas cortas y claras: "busca en tu interior", "hallarás lo que encuentras" y "cree en lo que siempre has creido".

Y tu me dirás ¿y ahora qué? ¿sigo agarrándome a la ciencia o asumo lo que me dice mi inconsciente?

Un masajito, Jontxu.

P.D. Evidentemente esto no me quita la rabia y sigo queriéndote conmigo ahora. En la foto estamos con Aitor y nuestra madre (que está guapísima) en Elantxobe.




La niñez


Creo que tuviste una niñez muy feliz y alegre. En los pueblos es así y distinto a las ciudades, todo es de todos. Iglesia, escuela, plaza, ... son pequeñas cosas que echas en falta en lugares más grandes.

Tenías la pelota en la placita, el patio de la escuela, las bicicletas de los Reyes en la clase. Nunca se nos olvidará las caritas de felicidad contemplando los colorines de las bicis en rojo y azul.

En el patio, las casitas (cajas de lavadora y no recuerdo de qué más). Tijeras y cuchillo en mano le hicieron ventanas, puertas, entrada, etc. Les salió redondo, pena que el tiempo que no tiene piedad de nadie, con un chaparrón terminó con ella y adiós comedor, cocina, tienda, ....

La tienda era algo digno de ver, garbanzos, lentejas, alubias, panes, guisantes, leche, etc., todo traído, y cocina de verdad, trocitos de pan, hojas de plantas y flores, carne de hojas gruesas, leche cuando había.

Por cierto, el arroz y los garbanzos se comían con la riña consiguiente al ver que luego no tenían ganas de comer. Si se podía tenían leche de verdad si no, era rápidamente sustituida por agua.

Los primos también participaban cuando venían los fines de semana, todos erais más o menos de la misma edad. En fin, todo un mundo lleno de inocencia que luego al cabo de los años empieza a pediros más responsabilidad (los estudios, la carrera, el trabajo, ... la vida misma).

Mi Jon, ¡cuánto daría por tenerte ahora y no te tengo con tu cuerpo y tus cosas! Como cristiana tengo que creer que estás a mi lado y diciendo: “¡Ay, ama! ¿Cómo pueden pasar esas cosas por tu cabeza?” Es que es muy duro pensar que en plena juventud te has ido con tantas cosas y proyectos por hacer. Tengo que pensar que Dios sabe lo que hace, que era tu momento para reunirte con Él y aunque yo no lo entiendo, ya me lo hará ver ¡Yo qué se cuando es algo bueno para ti!

Dios y Jon, agur, ama.


P.D. Jon, échale una mano a tu madre, que te necesita mucho y te echa de menos. Jon y yo con el puerto de Elantxobe detrás. Un beso, Jhosebe.