17 de julio de 2013, tres años, diez meses
Llegó de nuevo San Juan y no pudimos obviar ese día como yo hubiese querido. En la privacidad de la mente es imposible, te acuerdas aunque no quieras, en el seno familiar tampoco porque es el santo de tu padre y hay que “celebrarlo”.
Al sábado siguiente fuimos también a la sierra, a hacerte una pequeña visita en un día bastante caluroso. Habían limpiado el terreno y aproveché para sentarme un poco allí. No hago nada, no digo nada, sólo intento fundirme contigo y el paisaje.
Pareciera que San Juan es la salida de un maratón de verano que termina en septiembre o al menos esto ha ocurrido los últimos años.
Ya hemos empezado tu madre y yo a recordar tu viaje a Ávila, la estancia hospitalaria y como no, aquellos días en Córdoba. ¿Cómo aquél que ingresó en la UCI saludándonos y con una sonrisa para tranquilizarnos pudo morir al día siguiente? Aquellos recuerdos íntimos sólo nos pertenecen a los tres.
Ayer fue el tercer aniversario de la partida de Jon Andoni y ahí siguen como pueden los suyos. Cada uno hacemos lo que podemos porque no nos queda otra: te levantas, trabajas, haces recados, paseas, ves una película, lees un libro,... , la vida sigue.
Esto debe ser la “resignación” aunque en mi caso es acompañada muchas veces por la incredulidad, me digo: “no puede ser, no puede ser, ¿cómo es posible que Jon no esté?”. ¿Les ocurrirá lo mismo? Supongo que sí aunque no lo digan. Yo tampoco lo hago a no ser por estas letras o cuando lo comparto con tu madre.
Un beso muy grande a mi “gemelo” y a Jon Andoni.
P.D."Tus límites". Óleo sobre cartón, 2004