El día 5 inauguramos tu sala de exposiciones, descubrimos el mural que con tanto cariño preparó Pruden y luego, además de a la alcaldesa, escuchamos a alumnos de la escuela de música y al que quiso participar recordándote. Pasamos un rato agradable y emotivo a la vez, en el que los sentimientos estuvieron a flor de piel.
Yo me preparé esta pequeña historia que compartí con todos:
Antes de relatar esta pequeña historia, quiero sobre todo agradecer
a Pruden el tener esta idea y llevarla a cabo, a la concejalía de
cultura, al ayuntamiento, a la alcaldesa y al pleno por apoyarla y a
todos vosotros, familia, amigos, alumnos, por venir hoy a
acompañarnos. Estoy segura de que Jon está muy contento a la vez
que satisfecho hoy.
Dicen que estamos
aquí para rendir un homenaje a Jon, mi hermano, en el décimo
aniversario de su fallecimiento pero como mucho sabéis por estas
fechas en aquel 2009 aún lo teníamos entre nosotros.
Le quedaba por
terminar el curso de pintura, coger vacaciones e incluso grabar sus
últimos programas en la televisión de Aljaraque. Me repitió varias
veces en hospital que si hacía falta, alguien podía sustituirle en
el nuevo curso mientras se recuperaba pero que el programa nadie se
lo tocase. Le satisfacía y divertía mucho el hacerlo y no sé cómo
podía ser tan inocente para creer que alguien podría sustituir su
labia, sus explicaciones, las anécdotas que contaba e incluso las
bromas que hacía. ¡Había personas que lo veían por verlo a él y
no por la clase de pintura!
En el último
programa quiso empezar a enseñar cómo pintar con espátula, esa
espátula que era su medio preferido para pintar paisajes desde la
facultad.
Eligió para ello,
cómo no, un paisaje, una escena caribeña de palmeras y explicó,
como siempre hacía pero esta vez con espátula, como manchar el
fondo del cuadro (saqué el primer cuadro). Así que trazó con lápiz unas
finas líneas para situar los árboles y empezó a usar la espátula
mezclando los colores de la paleta y de vez en cuando usaba sus dedos
como pincel especial.
¿Sabéis qué?
muchas veces a solas, en casa, junto a alguno de sus cuadros, y
aunque sé que por el bien de la pintura no debería hacerlo, yo
también paso mi dedo por las pinceladas de algún cuadro intentando
de alguna manera acercarme a su presencia física. Toco lo que él
tocó, luego le toco a él.
Dos meses más tarde
de aquel programa, un día estando en el hospital, me dijo que ya
estaba bien de hacer abalorios, los había estado haciendo y regalado
por doquier, y que le llevara una pequeña mochila en la que llevaba
acuarelas y el papel correspondiente, un cuaderno con hojas 100%
algodón, ¡faltaba más!.
Así que se lo llevé
y un viernes hospitalario de mañana eterna, cogió un vaso de
plástico con un poco de agua, desplegó las acuarelas encima de la
cama, se sentó en ella doblando una pierna bajo él, y empezó a
pintar, mientras yo le contemplaba desde el sillón, la que sería su
última pintura aunque ninguno de los dos ni siquiera lo imaginara.
¿Y que creéis que
pintó? Esta acuarela (la mostré). Sí, un paisaje de palmeras. Yo no
había visto ese último programa y varios meses después cuando por
fin lo ví , me percaté que de alguna forma, aquel día, solo para
él, solo para mí, finalizó aquel cuadro, esta acuarela que ahora
me acompaña en el salón de casa.
Y esta ha sido
nuestra pequeña historia, nuestra performance de hoy, la mía y la
de mi hermano, mi casi mellizo, mi igual hasta el último día, el
que siempre está conmigo, Jon.
Muchas gracias.
P.D. Jon espero que te gustara nuestra pequeña perfomance, la primera para mí. Te echo mucho de menos.