Cuando llegué a casa lo propuse, ¿por qué no vamos mañana sábado a almorzar al chino de Huelva? Tu madre no entendió mi interés pero aún así me apoyó. Así que al día siguiente nos plantamos allí.
Llegamos temprano, ya nos conoces, elegí tu mesa para sentarnos y a propósito me senté en tu sitio según me dijo Aitor la otra vez.
Cuando estábamos a mitad del almuerzo y yo miraba a través de la ventana el paisaje que tú veías, les dije a todos mi interés por aquello: "quiero celebrar la vida de Jon y no su muerte".
Un beso muy grande Jon.
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