Hoy no he ido al campo. Estamos con el frío siberiano y Josebe ha ido sóla porque Aitor ya estaba allí.
He tenido miedo no fuera a ponerme enferma porque llevo con una racha de males de más de dos meses entre una cosa u otra.
Cuando me estaba curando pensaba en ti y pienso que dirás, “mi madre como siempre”. Ya estoy mejor, sin fiebre y con ganas de hacer cosas. Me he visto bastante fastidiada y con pena de Josebe que está para todo.
Mientras estaba enferma he estado siempre recordando cosas del Juan Ramón Jiménez. Estábamos atontolinadas , al menos yo, sin saber ni cómo estabas. Menudo susto me llevé, en la vida has estado enfermo y de repente ésto. Puedes decir que ha sido el susto más grande que me he llevado y llevaré en la vida, bueno, borra lo de llevaré, porque después de lo pasado me espero de todo.
Jon, ¡qué días los de Córdoba! Yo no puedo saber lo que tú pasabas pero yo lo recuerdo palabra por palabra y eso me acompañará hasta mi muerte aunque te tendré a ti esperándome.
Agur lastana. No quiero seguir escribiendo sobre eso.
¡Jon! ¡Mi Jon!
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