17 de abril, 2 años, 7 meses
Jon, nos vamos acostumbrando a tu no presencia y solucionando el día a día sin tí pero lo cierto es que el dolor, la rabia, la tristeza y la incredulidad siguen en mí.
No estamos preparados para la muerte o más bien para este tipo de muerte que está fuera de lugar.
Tu madre y yo estamos pendientes de cualquiera que hable sobre la pérdida de un hijo o un hermano y en cierto modo nos tranquiliza saber que no somos únicas ni raras.
El otro día me llamó expresamente para que pusiera la tele. En ese momento alguien decía que el hecho que cambió su vida de forma radical fue la muerte de su hermano. Había fallecido en el 2004 y decía que en su casa se hablaba de su hermano con normalidad (como nosotros) y que ¡aún tenían su habitación tal y como la dejó!
Conclusión según tu madre: todavía nos queda mucho que pasar, pero yo voy más allá y como me dijo una amiga, ya nunca podrá ser lo mismo y lo único que se puede hacer es aprender a convivir con ello.
Un beso muy grande hermanito.