Este es un periodo convulso en nuestras vidas, intentamos hacer lo normal y a veces lo logramos pero entre día y día festivo hay altibajos continuos.
Como siempre comenzó con mi ahora extraño cumpleaños. ¿Puedo cumplir años sin tenerte parejo? Paraste tu vida y la mía continúa y no sólo yo tengo problemas con ello, tu madre también, me relaciona contigo y aunque no me lo diga veo que no lo lleva nada bien. Este día se ha convertido en algo que hay que pasar de alguna forma y en nuestro caso ahora salimos a comer. Este año, además, he tenido la suerte de caer enferma y al final nos quedamos sin salida.
A partir de ahí, unos días de estrés emocional bastante fuertes hasta llegar a la Nochebuena que ha sido lo más agradable de estos días. Estuvimos con la tía y los primos en su casa y además de comer estupendamente, estuvimos relajados charlando. También estuviste con nosotros a tu manera y yo que estaba sentada frente a tus cuadros pensaba: “bueno, aquí estás con nosotros”.
Luego hemos seguido con nuestros días regulares hasta llegar a Nochevieja que se nos ha dado bastante peor. Ahora nos queda esperar la última gran fiesta, los Reyes, que tanto han significado para nosotros con cabalgatas realizadas por ti algún año que otro y con regalos buscados con mucho ahínco. Ahora me cuesta mucho pensar en ellos y de hecho voy retrasada este año.
Antes de comenzar el periodo ya lo pensé: ¡ojalá pudiera una quedarse dormida y despertar el día 7!
Un beso muy grande Jontxu.
P.D. Acrílico sobre lienzo, 1987
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