domingo, 2 de junio de 2013

Opinar



Decir tu opinión es respetable aunque no siempre es algo prudente o acertado.

Todo el mundo tendemos a observar, interpretar y sacar conclusiones sobre lo que nos rodea y en muchos casos lo hacemos sobre las personas y luego damos consejos que pueden ser no sólo malinterpretados sino totalmente erróneos.

Esto ocurre, en general, sobre cualquier cosa pero cuando el tema es importante e incluso vital para la persona que recibe esa opinión hay que tener mucho cuidado.

Opinamos sobre todo, sí, pero desde luego si tú mismo no has sufrido una experiencia determinada tu opinión es respetable pero normalmente no es válida.

Yo he aprendido a callar ante opiniones y sugerencias porque enfrascarse en una discusión es normalmente una pérdida de tiempo que usualmente conlleva más dolor aún que el producido por el “consejo” recibido. ¿Cómo pueden ponerse en tu lugar?, ¿cómo se atreven a opinar sobre cómo debes vivir tu vida?

Cuando realmente me sincero es con personas que hayan pasado por una experiencia similar porque usualmente sus ideas suelen aproximarse bastante a las mías y sus opiniones, a veces, me aportan una nueva forma de ver las cosas que sí tienen sentido para mí y me confortan.

Esas personas suponen un remanso de paz y confianza en la soledad en la que muchas veces vivo.

Te echo muchísimo de menos hermano.

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