17 de septiembre, cinco años
Las libélulas son de esta
época y este año y después de mi experiencia del año pasado las
echaba de menos (http://joncastizociluaga.blogspot.com.es/2013/09/libelulas.html). Había visto algunas, sí, pero siempre asociadas a
algún sitio con agua, charcos, jardines, regajos...
El otro día bajando a
recoger el coche en el parking anexo a mi edificio de trabajo, cuando
me acercaba a él, me percaté de que había una libélula en la
antena de mi coche. Me quedé parada mirándola un poco pasmada y me
puse a comprobar si había más alrededor en otros coches o si había
algún charco por allí.
Nada de nada, sólo la
“mía” tan tranquila mientras me acercaba y la contemplaba. Esta
vez saqué el móvil para hacerle una foto y tanto me detuve, que una
compañera de lejos me vio y al día siguiente me preguntó extrañada
que si estaba haciendo fotos allí.
Cojo mi coche y más
adelante, de camino a casa, cuando me paro en un semáforo de Camas,
allá que se cruza una nueva libélula por delante del coche y se
posa sobre una rama y yo me quedo mirándola como una tonta hasta
que continuo el camino.
Dirás que me falta un
tornillo pero es que ahí no terminó la jornada, volví a ver
libélulas en la tele dos veces esa tarde, una en un tatuaje y otra
en un programa de naturaleza.
Total, cuatro veces en el
mismo día en un tramo de seis horas en lugares no habituales.
¿Casualidad? Puede ser, pero yo volví a sentir que estabas junto a
mí y querías llamar mi atención ahora que tanto te necesitaba.
Un beso muy grande
mi hermano.