sábado, 17 de septiembre de 2016

De vuelta




17 de septiembre, 7 años

Jon, tu madre quiere que escriba hace tiempo pero ahora estoy en una etapa en el que el hecho de escribir se me hace cuesta arriba. Creo que por hacerlo el dolor será más evidente.

En nuestra familia, te nombramos todos los días por un tema u otro. Básicamente porque vienes a nuestra memoria por cualquier detalle, ya sea por un cartón de huevos de más que no compramos para tí o porque al desayunar recordamos que querías un tostador más grande como el que hay en casa, que no te era suficiente con el que tenías en Punta. En realidad, son cosas insignificantes pero que hacen que vengas a nuestra memoria y a nuestra conversación varias veces al día.

Eso, además de las veces que te recordamos interiormente y no compartimos con nadie. Aún la incredulidad está en nosotros y seguimos sin creer que no volveremos a verte.

Estos son días de recuerdos de aquellos últimos días, risas, charlas, discusiones e incluso de imágenes que permanecen en el cerebro, como fotos fijas de aquel momento en que todo cambió.

Es curioso que cosas triviales en otras situaciones puedas recordarlas vívidamente, un paseo contigo por el hospital, una mirada cómplice por la noche, hacerte un cartel que dijera “prefiero la charla a la siesta, despertadme”, esas pocas patatas de luxe que comiste ávido y contento al día siguiente de la intervención en que te hicieron la prueba pulmonar, tu sonrisa que acompañaste con un saludo al entrar en la UCI.

Mi hermano, te fuiste y aquí quedamos el resto. Sigues con nosotros.

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