miércoles, 2 de marzo de 2011

La búsqueda de una respuesta imposible


Una vez ocurrido un hecho tan trascendental en tu vida como ha sido tu muerte hay múltiples sentimientos que se te vienen encima. Algunos son racionales y otros no tanto.

Hoy en día, gracias a Internet (o por desgracia) puedes empezar a buscar descripciones del duelo, unirte a foros de personas que han perdido a alguien, libros sobre lo que nos espera después.

Aunque cada persona es un mundo, los hermanos, y sobre todo si somos de edad similar al que nos ha dejado, sentimos una pérdida de nosotros mismos, como si ya no fuéramos lo que éramos y nos hubiesen arrancado una parte de nosotros mismos. Además nos acompaña una estupefacción por lo que ha ocurrido ya que aunque hemos pensado que llegado el momento nos tocará perder a nuestros padres, jamás te has planteado perder a tu hermano. No es “ley de vida”.

Luego esta el replanteamiento que te haces sobre como es ahora esa vida contigo y si hay algo después, un momento de reencuentro. Llega el momento de leer libros y buscar opiniones que a nuestra menta analítica le cuesta aceptar.

Hay quien se aparta de la religión con rabia y quien se vuelca en ella con esperanza. Yo misma pasé por lo primero durante meses pero luego he intentado recobrar algo de fe aunque suponga un posible “autoengaño”.

Este fin de semana he ido a ver la última de Clint Eastwood “Más allá de la vida” con tu madre. La película narra experiencias de personas con la muerte y muestra un posible futuro. Me sentí identificada con el niño y me emocionó su búsqueda pero, en general, a nosotras nos aportó poco porque ya habíamos leído sobre el tema.¿Qué esperábamos sacar de allí?

Mi hermanito, aunque sé que ahora somos dos en uno, ¿te volveré a ver una vez cruzado el umbral?

P.D. Aquí estamos en el recodo de arriba de la casa de los abuelos en Elantxobe.

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