jueves, 3 de febrero de 2011

Los trenes de lata



En aquellos tiempos de vuestra infancia íbamos a pasar unos días a los Pinos cantando todo el tiempo hasta el kilómetro diez en que había que parar a tu hermana con el mareo de siempre. La alegría que transmitíais nos hizo buscar un tercer hijo, tu hermano.

Recuerdo la alegría que os daban los trenes que os hacía con conservas de latas atadas con cuerdas para después cargarlos, unos con piedrecitas, otros con palos, otros con hojas del madroño que había en frente de la casa y así hasta que el tren estaba completo.

Uno de esos días llegaron los primos de Huelva y como a todos los niños les gustó y tuve que hacer otro tren para que todos disfrutaran con esa fantasía que sólo los niños tienen.

Hasta pronto, hijo. Tu padre.

P.D. En los Pinos junto a José Mª y Pepi.

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