domingo, 17 de abril de 2011

La muerte


17 de abril, 19 meses

Desde bien pequeña y no sé muy bien el porqué me preocupó la muerte. No tuvimos muertes cercanas a nuestro alrededor ya que a nuestros abuelos maternos ni siquiera los conocimos y los paternos lo hicieron después. Lo más cercano que estuvimos fueron las muertes de nuestra tortuga Cleo y nuestro canario Txistu al que enterramos con una gran ceremonia dentro de una caja de zapatos junto a nuestro padre en el eucaliptal.

Nunca ha sido temor a la propia muerte sino a la de mis seres queridos. Me aterraba y me aterra dicha posibilidad. Recuerdo claramente conversaciones con nuestra madre cuando se acercaba a mi habitación a la hora de dormir en la que le pedía que no muriese nunca y ella me respondía que no me preocupara, que no iba a morirse.

A tí, como iba a decirte semejante cosa, si estabas a mi lado y eras mi igual. Eso no podía pasar por mi mente y tampoco pasaba ahora.

Ahora ese miedo afecta a todos sin excepción. Tu hermano de repente te suelta frases que evidencian el miedo a perder alguien más y yo espero cada amanecer hablar con todos para asegurarme de que están bien.

Aquel 17 de septiembre cuando entramos Aitor y yo a verte a la UCI aún me agarré a la esperanza de que los médicos se equivocasen y te pedí, a pesar de que estabas inconsciente, que lucharas y demostrases tu fuerza. No podía ser posible aquello que estaba ocurriendo.

Aún hoy me sigue pareciendo mentira que aquello pasara y no fuese un mal sueño.

Jon, aquí sigues con nosotros. Un beso muy grande.

P.D. Esta foto está tomada cuando fuimos tres de ángeles delante de los que hacían la comunión aquel año. Yo estoy a la derecha y como siempre tu ibas junto a mí y apareces a la izquierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario