Ya sé hace tiempo que formo parte un club peculiar, el de aquellos que han perdido a deshora y de forma inesperada a alguien muy cercano a él.
La pertenencia a ese extraño club te hace recibir mensajes de las personas ajenas al club que te resultan extraños por encontrarse tan lejanos a tus pensamientos y por contra te hace recibir mensajes de ideas parecidas a las tuyas de los miembros de tu club.
Los mensajes de fuera pueden hacer que te sientas incomprendido, dolido o fuera de este mundo aunque la mayoría de ellos intenten animarte y tengan buena intención. Todo ello es comprensible, hay cosas tan fuera de nuestra mente que hasta que no te ocurre no sientes todo lo que ello conlleva aunque seas una persona con bastante empatía. Incluso he llegado a recibir una pregunta que llevaba implícita una sorpresa por mi dolor. No supe qué contestar.
Gracias a Dios existen los mensajes de tus compañeros de desventuras que te reconfortan, te dan una cierta esperanza y te hacen sentir que lo que te ocurre no es nada extraño sino consecuencia de lo que te ha sucedido.
Un beso muy grande Jon.
P.D. Dibujo de nuestra madre realizado como base para el mural que hiciste con él en la facultad.
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