Ya queda poco para terminar el verano y
de nuevo este ciclo que se repite desde el 2009. No tiene la misma
intensidad, desde luego, pero sí momentos bastante álgidos
recordando esos últimos días tan dolorosos y que reviven la
angustia, el pensar que me han quitado a mi hermano antes de tiempo
y, en particular, sentirme culparme por dejarles que lo hicieran.
Dice tu madre que “ésto” no se le
va a quitar, que irá con ella y yo le digo que es cierto, sólo
iremos viviendo, pasando día tras otro, pero con ello encima. No
es algo particular de nosotros. Lo veo a mi alrededor, en otros
hermanos y en otros padres, quedas marcado.
A veces grito en mi interior “¡¡quiero
que me devuelvan a mi hermano!!! Os lo habéis llevado, ahora,
traedlo de vuelta”, como si tal cosa fuese posible. Nada hay tan
definitivo como la muerte, no hay vuelta atrás ni oportunidad de
arreglo, nada, sólo esperar a que tu momento llegue y luego a ver
qué ocurre.
Soy alguien que sigue incompleto. Es
una sensación extraña pero sigue ahí. Han borrado, eliminado parte
de mí. No puedo sentirme entera cuando aquel que siempre estuvo y
que debería estar ahora se fue de un plumazo.
Un beso muy grande hermano.
P.D. Apocalipsis, óleo sobre lienzo.
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