Como
todo el mundo, muchas veces sueño y no recuerdo, pero otras tengo
sueños tan vívidos y agradables en el duermevela que los disfruto y
no quiero que acaben nunca. Me agarro a las sabanas y deseo no
despertarme.
Normalmente
esos sueños están relacionados contigo, estamos de viaje o en casa,
solos o en grupo, pero yo me lo paso muy bien porque en ese espacio
podemos estar juntos y eso es lo principal. Algunas veces soy
consciente en el sueño de que estás muerto y de que estoy viviendo
un sueño, un anhelo, pero me digo a mi misma, está muerto pero en
el aquí y ahora, no importa, está conmigo.
Uno
de los últimos sueños fue especial, de repente nos vimos y tú te
alegraste mucho de verme, estábamos juntos realmente y me di cuenta
de que eso era posible porque yo también había muerto. Sentí una
felicidad inmensa porque ese encuentro fuera posible. Estaba al otro
lado y, a pesar de mis dudas sobre la otra vida, podía estar allí
contigo. No sentí temor, sólo alegría.
En
ese momento, me vino una idea a la cabeza, ¿cómo se habrán quedado
en casa con esta nueva muerte? Tú lo arreglaste rápidamente y con
voz muy alegre dejaste un breve mensaje en el contestador de casa:
“Ya
está aquí conmigo”
Así
podían saber que todo estaba bien y que no había que preocuparse
por nosotros, estábamos juntos de nuevo.
Un
beso muy grande hermanito.
P.D. Sin título. Óleo sobre cartón. 65 x 50
No hay comentarios:
Publicar un comentario