domingo, 19 de septiembre de 2010

Jon, Jon, Jon


Ya pasó la misa y ha sido muy diferente a la del año pasado. El año pasado el dolor era más agudo y en parte estabas como en otro mundo. Este año la pena es más profunda y más consciente.

Cada vez que ha pronunciado tu nombre el cura (y lo ha hecho muchas veces) ha sido como una puñalada en mi corazón. Decía Jon y mi mente traducía, está muerto, esta es una misa de difuntos.

Te quiero muchísimo, Jhosebe.

P.D. También he recibido alegrías como amigas nuestras a las que no veía desde hace años y que no se enteraron el año pasado de tu muerte y han venido éste a estar con nosotros. En la foto, en la piscina de Almonaster, en un viaje que hicimos a la sierra, tú a la izquierda y una de ellas a la derecha.

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