miércoles, 6 de octubre de 2010

El valle del Jerte


Jon, ¡qué meses de agosto y septiembre he tenido! Tú y yo lo sabemos, esa Córdoba que me va a matar, me tiene esclavizada a tus recuerdos... pero hoy no quiero hablar de eso, es más no quiero ni escribir pero esta noche ha sido distinta, por fin he visto el valle del Jerte, ¿ y por qué tanta ilusión?

¿Te acuerdas que cada curso querías llevarnos para contemplar ese valle de flores blancas con sus pétalos pidiendo ser miradas? Una vez por otra no nos pudiste llevar, una porque el tiempo no acompañaba, otra porque no había dinero, ...

Hoy con Imanol Arias y Juan Echanove he vivido su hermosura y me he hecho a la idea de que habíamos ido como siempre en el autocar. Estábamos maestro y alumnos juntos hablando de lo que cada uno se imaginaba: un cuadro lleno de flores, otro con el río Jerte, otro con el valle lleno de personas con su corazón robado por el colorido. También habría algún cuadro con la tortilla y sentados en la hierba.

¡Cuántos recuerdos Mi Amor en cada cosa, en cada música, en la mesa, en el coche, en tu sitio, ¡qué sólo y vacío está!, y aunque tengo la esperanza (y la certeza como cristiana) de tenerte a mi lado, quisiera tenerte un poquito en ese cuerpo que Dios te dió y que hemos tenido durante 42 años pero qué poquitos comparados con el que ser humano vive. Tú que eras un chicarrón, un muchacho fuerte, ...

¡Mi Jon!, qué quieres que te diga, el día de hoy han sido recuerdos y más recuerdos y era natural que al final del valle del Jerte dijera alguna tontería.


Muxu asko lastana, tu ama.

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