Jon de nuevo contigo, no se lo que durará la escritura porque hablar, hablo como una cotorra contigo en todo momento de forma que no pienso en otra cosa, no me entero de nada de lo que me dicen, sólo con tu obsesión. Es que la fecha del año es muy dura de pasar. Imagino que a los demás les habrá pasado lo mismo, es como una barrera que te muestra la realidad en su crudeza.
Un año y no has venido, entrado ni salido por tu puerta. ¿Quiere eso decir que de venir nada de nada? ¿que eso es lo que hay y que tu presencia física se fue para siempre? Pues yo no puedo con eso y no me basta con tu presencia espiritual y es que necesito verte, unas veces alegre y con prisas, otras preguntando si había lentejas para quedarse a comer, otras dando tus bromas que te gustaban. En fin, todas las cosas que componen un todo de vida.
Comprendo que soy materialista, poco cristiana, ... Díos sabrá perdonarme porque sabe mejor que nadie nuestra debilidad y la fuerza del palo que nos ha dado a todos en casa. ¿Qué Él sabe lo que hace? Pues sí, lo creo pero Él sabe nuestras limitaciones y que todo lo que podemos dar de Él tiene que venir. Por ello le pido que nos cuide y nos dé aquello que podamos dar.
Toda la vida intentando ser “buena” para que también te venga la duda y la pena como no cabría en una cristiana pero es que no comprendo la finalidad de esta muerte en un momento tan crítico de mi familia. Lo único que le digo es que aquí sigo en la brecha y que Él me dé la capacidad de comprenderlo, que con su ayuda yo seguiré luchando y que con el amor de ese hijo que él me dio encontremos todos la Paz, la humildad para admitirlo y amor para dar a los demás, porque en estos momentos estoy hecha un cardo sin ganas de ver a nadie.
Mi amor, agur. Tu amatxu.
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