Ya llegó hace tiempo el momento del silencio. Callar y no hablar de cuán presente sigues en nosotros. Parece que debieramos pasar página, se acabó el tiempo del duelo.
Vaya mentira más grande. Andamos paso a paso pero el dolor aún no se ha ido. ¿Se irá alguna vez por completo? No creo, supongo que irá transformándose poco a poco en otro tipo de sentimiento.
Tu recuerdo nos trae muchas veces una sonrisa, hablamos de tí como siempre hicimos ¿Vamos a dejar de hablar de tí porque físicamente no estás? Ni podemos ni queremos. Yo al menos, me niego a ello.
¿Dejaste de ser hijo, hermano o amigo? No, sigues siéndolo. Si dejaras de serlo, nosotros tampoco seríamos los mismos. Mientras alguno de nosotros esté en este mundo seguirás viviendo aquí además de en el otro, luego sólo quedará esa otra vida.
Mi hermano, quisiera poder abrazarte físicamente aunque sólo fuese un instante. Se que eso no puede ser y que soy una materialista pero ¿es que ahora mismo no soy materia y alma?
Señor, te pedimos hoy fuerza y fé para creer y que ello alimente nuestro espíritu.
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