No nos queremos ir sin daros una vez más las gracias por el cariño expresado a nuestro Jon y a todos nosotros.
Ha pasado casi un mes desde que Dios quiso llevárselo y nos cuesta trabajo encajarlo y comprenderlo. ¡Las decisiones de Dios son misteriosas pero siempre son a nuestro favor! Que El nos muestre el camino a seguir, por cierto, El siempre se vale de alguien, de algo, ...
El otro día vino a casa una compañera de los matrimonios cristianos, madre de una alumna mía. Ella, como alemana, no habla perfecto, tiene ese acento peculiar de todos los extranjeros, y me suelta: Josebe tengo una cartita que quiero que leas cuando tengas un ratito (con la humildad que le caracteriza). Os leo el poema que incluía:
Sólo me he ido a la habitación de al lado.
Yo soy yo y vosotros sois vosotros.
Lo que yo era para vosotros todavía lo soy.
Dadme el nombre que siempre me distéis.
No viváis de forma diferente, no estéis tristes.
Seguid alegrándoos de lo que siempre os alegrasteis.
No me he ido, sólo estoy en el otro lado del camino.
Fritz Reuter
Es el regalo y el consuelo más grande que nos han dado. La leemos un montón de veces. Uno de nosotros dice que se lo va a plastificar y que lo pondrá en su cabecera. Gracias a Dori y a todos vosotros.
En la habitación de al lado.
viernes, 16 de octubre de 2009
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