La sierra, paisaje que tanto te gustaba y que hiciste de tus alumnos admiradores de tantas cosas bellas como Dios nos da.
En aquellos parajes, ahora tus cenizas y las mías (en ellas van parte de mí) cantarán y bailarán al son del viento, dibujarán formas insospechadas, maravillosas y el canto del pájaro será un trino celestial, llenos de gorjeos y arrullos como sólo Dios supo poner en su garganta.
Tendrás los vientos de la sierra para respirar y ahí aire no te faltará aire ni te hará falta el abanico porque camina contigo siendo uno como las alas de una mariposa.
¿Sabes una cosa Jon? Me estoy haciendo poeta, como la mariposa que quiere salir de su capullo.
Jon ¿será que estamos conectando ahora más? ¿Qué te siento como cuando eras chico?
Agur neure mutil ederra Adiós mi muchacho hermoso
domingo, 25 de octubre de 2009
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