viernes, 23 de julio de 2010

¡Qué viaje tan duro!

Al final salimos el domingo Miren, Sonia, Crisanto y yo para asistir al funeral de Jon Andoni, un viaje de más de mil kilómetros por la ruta de la plata. El salir el domingo me permitió sobreponerme algo de la noticia recibida el día anterior. Me veía incapaz de salir el mismo día.

Estoy acostumbrada a ir al norte pero jamás un viaje se me hizo más largo y triste que éste.

Hace un año en estas fechas, tú cogiste la misma carretera para ir con tu amigo Alejandro al pueblo de su familia en Ávila. Ale y sus hermanas habían estado la semana anterior contigo en Punta Umbría y te invitaron a ir con ellos a su tierra.

Cuando pasamos por Ávila, vi las señales de la autopista: Alba de Tormes, Barco de Ávila, ... Por ahí andabas el año pasado. Tú último viaje de placer y lo pasaste bastante bien con la excepción de que no podías seguir el ritmo en las excursiones a las que te llevaban para conocer la zona. Es curioso pero parece que viniste un poco tocado por el espíritu de la tierra de Santa Teresa.

Los últimos doscientos kilómetros se me hicieron eternos, sabía lo que me esperaba y lo temía, unos padres destrozados sin su hijo y una hermana sin su hermano.

Es curioso, las personas tendemos a valorarlo todo como si el dolor pudiera pesarse y a opinar pero el que no tiene “experiencia” en ello es difícil que pueda ponerse en tu lugar.

Por ejemplo, yo no se lo que es perder un hijo aunque si he visto el efecto que tu muerte ha producido. Se dice que no hay mayor pérdida que ésta y creo que es cierto, los padres sienten que pierden su futuro y además siempre es algo inimaginable para ellos.

Sí se por lo que puede pasar Ana, como otros que han perdido un hermano joven. Tú deberías haberme acompañado en mi vida y ya no va a ser así.

Nos vamos mentalizando a que llegará el momento en que nuestros padres no estén (por supuesto no me refiero a la muerte de un padre en plena juventud ) pero no a que tu hermano te “abandone” antes de tiempo. Sientes que la pérdida tu hermano afecta a tu pasado, a tu presente y a tu futuro.

Al poco de ocurrir lo tuyo, hablamos con una persona que también perdió a su hermano joven, con tu edad aproximadamente, en un accidente de tráfico y nos dijo a tu madre y a mí: “la pérdida de mi madre fue mala para mí y la sentí muchísimo pero ella ya tenía una edad, la de mi hermano que ocurrió hace dos años ha sido mucho peor y no me he recuperado de ella”.

Pasados estos meses, podía hacerme perfectamente a la idea de lo que nos esperaba a la llegada y siento tanto lo que ha ocurrido que no puedo expresarlo.

Os quiero mucho a los dos, a ti Jon, mi hermano y a Jon Andoni, mi sobrino, pero os tengo siempre presente a vosotros, Arantza, Juanjo, Ana, nuestros padres y Aitor, y esperemos que ellos desde donde estén nos ayuden.

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