lunes, 5 de julio de 2010

Yoda

Jon, no tenemos a Yoda, hace cinco días que ha desaparecido (un granito más de arena). No sabemos lo que le ha pasado. Es raro porque es un gato que lleva más de trece años en casa, tenía su rutina, su terreno de moverse y sus horas y como son los siameses, nobles y buenos. Ya pensamos de todo: ¿le habrá cogido un coche?, ¿se lo habrán llevado?, ¿se habrá perdido?. No creo, él sabía bien por dónde se movía.

Dicen en Internet que los gatos mayores cuando sienten que van a morir se van de su casa a otro sitio, ¡vamos, como los elefantes! Me cuesta trabajo creerlo, era tan comedido en todo...

Se daba a querer por todos y hasta tú, cuando creías que no te veía nadie, le pasabas la mano por el lomo sentado en el sofá viendo la tele.

Ahora tenemos también el gato que le cogí a Josebe cuando pasó lo tuyo para que le hiciera compañía y no se viera tan sola en Sevilla. Es un gato de raza europea completamente distinto a Yoda, muy gracioso (como todos los gatitos pequeños). Hacía todo lo que Yoda hacía, como un mono de imitación, era su padre y modelo y también ha quedado sólo como nosotros. Veo que lo busca por la casa y no lo encuentra. Quién sabe, a lo mejor aparece todavía, aunque lo hemos buscado por todos los alrededores y nada...

Bueno Yoda, gracias por tantas horas buenas que nos has dado, con tanto cariño y tantas caricias. El también se va a los nueve meses de tu partida, otro golpe, sin poder acariciarlo en sus últimos momentos y sin saber como está y dónde está.

Jon, dejando a los gatos, ¡cuánto daría yo por verte y tenerte en estos momentos buscando al Yoda!, ¿verdad?

Acaba de levantarse Josebe. ¡Neure bihotza! Gero arte. Tu amatxu.



No hay comentarios:

Publicar un comentario