lunes, 16 de agosto de 2010

Jon Andoni (II)


Asistí a un congreso informático en Deusto (Bilbao) en el 98 y yo aproveché el viaje para tomar unos días más y visitar a la familia.

Una de las noches del congreso tus padres nos invitaron a mis compañeros y a mí a cenar en vuestra casa. Recuerdo especialmente aquella velada porque la disfrutamos bastante. En primer lugar, porque nos reímos mucho con las cosas que contaba tu padre y sus exageraciones y en segundo lugar porque en la sobremesa nos ofreciste algo de lo que ibas aprendiendo con el acordeón. Mi amigo Ángel se nos descubrió como músico además de informático, y se quedó mirando con entusiasmo como tocabas el acordeón no frecuente por aquí. Después él también se ánimo y tocó el órgano.

En aquellos días, me crucé con tus abuelos porque fueron de nuevo de vacaciones a Huelva y los vi cuando regresé. Por desgracia poco después la tía Begoña sufrió el infarto cerebral durante las vacaciones y a partir de ese momento te vi cada año porque íbamos a visitar a la tía, sus hermanas, la tía Miren y mi madre, y yo.

En el primero de esos viajes nos acompaño Aitor con el que compartiste tu habitación. El te cogió mucho cariño y se reía mucho contando como tenías los Mortadelos que leías a escondidas debajo del colchón para que no te viera tu madre.

La última vez que te vimos fue hace tres años y compartimos paseos por el puerto, por el monte Ogoño e incluso visita turística a San Juan de Gazteluatxe adonde subisteis tú y Abel, tocando tú en primer lugar la campana, mientras que los “onubenses” flojos (mi madre, Aitor, lesionado, y yo) os vimos subir desde abajo.

Pero lo que más claro recuerdo de esta última vez fue cuando al llegar a Elantxobe bajaste de la casa a recibirnos y ayudarnos con las maletas del coche. Con una amplia sonrisa me dijiste: “¿Necesitáis ayuda?”, te di una maleta y como buen chicarrón del norte me dijiste riendo: “¿Sólo eso? Dame más”. Y así subiste a casa contento con tu maleta y varias bolsas más.

Si es cierto lo que dicen de que los que estáis al otro lado podéis ayudar a vuestros seres queridos, ayudadnos tú y Jon a seguir adelante.

Un beso muy fuerte



P.D. En la foto estamos Jon Andoni, mi ama y yo en el puerto de Elantxobe

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