17 de agosto, once meses
Jon, ¡mi Jon! Hoy quiero contarte algo que ni yo misma creo. Lo cierto es que tengo tres macetas de flor de Lis y nunca está faltando una para ti cuando no dos como en el caso presente.
No sé que pensar. ¿Quieres sentirte unido a mí por algo material como puede ser una flor? Cuando una empieza a marchitarse, la otra está saliendo en la maceta y nunca te falta, ¿coincidencia?, ¿señal? ¡Quién sabe!
Solo sé que las tengo delante (en este caso dos de distintas macetas). No sé si es el tiempo de ellas, sé que nacen para ti, mi Jon, por lo menos en mi corazón. Me quedo mirándolas y pienso: ¿lo estará haciendo mi Jon para decirme que está a mi lado y que siempre lo estará? ¿Estaré perdiendo la cabeza ya que en todo te veo a ti.
Las veo tan varoniles, tan llenas de vida, tan llenas de colorido, tan fuertes que no te podrías haber resistido a pintarlas con sus pétalos rojos y amarillos, con su rayas que escapan al pincel de cualquier pintor, sus estambres pidiendo vida para seguir ahí y que nosotros podamos admirarlas y pensar, cómo será ese más allá que tanto supone para nosotros.
Desde pequeña fui muy preguntona y le decía a la madre: “Ama, ¿cómo será el Cielo?” y ella en su cultura normal me decía: “Hija, nadie ha ido allí y ha vuelto pero algo hay”. Tenía la fe del carbonero. Ella iba a sus misas y era de los humanos ejemplo de buena. Sé que está contigo y habrá dicho, “Jon, hijo de mi Josebetxu, ven aquí.”
Ama ¿y tú como estás? Ya han pasado bastantes años para los humanos pero para vosotros no es nada. No creas, también tiene ventajas el estar al otro lado contemplando el panorama mientras nosotros vamos dando tropezones.
Amatxu, ¡cuántas cosas vividas desde que me sentaba en tu regazo! Qué cara de ángel tenías. ¿Por qué eras tan buena y tan humilde?
¿Qué?, ¿estás contento con la abuela que te ha tocado y que tan cerca tienes ahora? Sí, verdad? Cuidaos y ayudadnos a todos para formar esa familia eterna que no tendrá ni principio ni fin.
Ama, ¡qué duro lo que me ha tocado en la vida!, la más pequeña, la más mimada, la niña de todos y qué golpes más duros me ha dado la vida. Tú eres de la Virgen del Carmen y del Corazón de Jesús. Pide por nosotros y por los de Elantxobe, cuida a mi Jon y a Jon Andoni. Otoi bat eta gero arte.
No sé que pensar. ¿Quieres sentirte unido a mí por algo material como puede ser una flor? Cuando una empieza a marchitarse, la otra está saliendo en la maceta y nunca te falta, ¿coincidencia?, ¿señal? ¡Quién sabe!
Solo sé que las tengo delante (en este caso dos de distintas macetas). No sé si es el tiempo de ellas, sé que nacen para ti, mi Jon, por lo menos en mi corazón. Me quedo mirándolas y pienso: ¿lo estará haciendo mi Jon para decirme que está a mi lado y que siempre lo estará? ¿Estaré perdiendo la cabeza ya que en todo te veo a ti.
Las veo tan varoniles, tan llenas de vida, tan llenas de colorido, tan fuertes que no te podrías haber resistido a pintarlas con sus pétalos rojos y amarillos, con su rayas que escapan al pincel de cualquier pintor, sus estambres pidiendo vida para seguir ahí y que nosotros podamos admirarlas y pensar, cómo será ese más allá que tanto supone para nosotros.
Desde pequeña fui muy preguntona y le decía a la madre: “Ama, ¿cómo será el Cielo?” y ella en su cultura normal me decía: “Hija, nadie ha ido allí y ha vuelto pero algo hay”. Tenía la fe del carbonero. Ella iba a sus misas y era de los humanos ejemplo de buena. Sé que está contigo y habrá dicho, “Jon, hijo de mi Josebetxu, ven aquí.”
Ama ¿y tú como estás? Ya han pasado bastantes años para los humanos pero para vosotros no es nada. No creas, también tiene ventajas el estar al otro lado contemplando el panorama mientras nosotros vamos dando tropezones.
Amatxu, ¡cuántas cosas vividas desde que me sentaba en tu regazo! Qué cara de ángel tenías. ¿Por qué eras tan buena y tan humilde?
¿Qué?, ¿estás contento con la abuela que te ha tocado y que tan cerca tienes ahora? Sí, verdad? Cuidaos y ayudadnos a todos para formar esa familia eterna que no tendrá ni principio ni fin.
Ama, ¡qué duro lo que me ha tocado en la vida!, la más pequeña, la más mimada, la niña de todos y qué golpes más duros me ha dado la vida. Tú eres de la Virgen del Carmen y del Corazón de Jesús. Pide por nosotros y por los de Elantxobe, cuida a mi Jon y a Jon Andoni. Otoi bat eta gero arte.
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