Con lo previsora que soy siempre, este año como el pasado me ha cogido el toro. Por un lado, ha estado el jaleo de montar la exposición y por otro, que no tengo ganas de hacerlo. Menos mal que ya hemos llegado al final de estas "fiestas".
Me apunté en un papel algunas ideas y cuando acabé me dije "no tengo que pensar en nada para Jon". ¡Qué raro es realizar una lista de regalos en la que tu nombre no está! Me duele tanto el hacerlo.
En nuestra casa, al igual que el año pasado, no hemos puesto nada por lo que difícilmente los Reyes llegarán al portal. Lo cierto es que no nos apetece.
Este año, a diferencia del anterior, me he decidido a sacar el misterio en mi casa. ¿Por qué? Tengo una razón importante para hacerlo, es fruto de varios años de tus regalos de Reyes.
Lo compraste en Sevilla en la plaza de San Francisco durante la feria de los belenes. Un año me trajiste el Misterio, otro el Ángel y otro los Reyes Magos (ojo, en camello como yo quería). Son una joya de arte y todo elegido del mismo tipo y altura. Para ello te llevabas una pieza como muestra para buscar el resto.
Le (te) pongo una vela y lo contemplo durante unos minutos. Así parece que te tengo a mi lado en los escasos días en que estaré en casa durante las navidades.
Jon, hoy volveremos a echarte mucho de menos.
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