viernes, 7 de mayo de 2010

Incredulidad






No puedo pararme a pensar. Cuando lo hago siempre viene a mi la misma idea, ¿cómo puede ser posible que ya no te vaya a ver más, a tocarte, a hablar contigo?

A pesar del tiempo transcurrido me cuesta mucho trabajo tragarme esta situación ¿llegará el momento en que lo haga?

Hoy, hablando con un compañero, me decía que quería escribir un libro para regalárselo a sus hermanos y sobrinos con la perspectiva que tenía ahora sobre la “bendición” que había acompañado a la muerte de su padre.

¿Bendición? No he entendido muy bien lo que me ha dicho. A mí me resulta imposible pensar así ahora mismo. Puede que su visión sea distinta al ser un padre lo que le falta ya que un hermano debería haberte acompañado toda tu vida.

En esta situación, de lo único que me “alegro” es de haber podido compartir contigo ese mes de hospital que nos permitió acercarnos y hablar más de lo que lo habíamos hecho recientemente, pero ¿de tu muerte?




Te echo mucho de menos Jon.

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