lunes, 17 de mayo de 2010

Sentimientos de fallo


17 de mayo de 2010, ocho meses

No se si esa es la palabra adecuada pero, a veces, en mi regreso a Córdoba siento que de alguna forma te fallé.

Realmente todo ocurrió tan rápido que no pudimos ni pensar, ni siquiera pedir un milagro pero recuerdo claramente cuando me dijiste en la UCI que te encontrabas regular, el barullo de los médicos, como te pusiste nervioso al ver que nos llevaban aparte para hablar y yo, yo te impedí que te quitarás la máscara por miedo a que te pusieras peor y no te dejé hablar.

Seguro que querías preguntar qué pasaba pero te dije que no te preocuparas, que todo iba bien, y que en la próxima visita por la tarde traería papel y lápiz para que escribieras y ya no hubo próxima vez, estabas inconsciente.

¡Qué tonta fui! Con los nervios no caí en buscarte un bolígrafo y un papel allí mismo. Lo cierto, es que no podemos volver atrás y se que tampoco te habría podido ofrecer más información porque ni los médicos la tenían. Te queremos mucho y allí nos tenías a tu lado aunque torpeásemos.

A mí me gusta controlarlo todo y en lo tuyo no he podido hacer nada y me siento impotente.

Jon, todos pensamos en ti y curiosamente tu hermano me sorprendió ayer por su fe en su encuentro contigo en una vida futura. Quisiera recuperar la mía.

Te quiere muchísimo tu hermana.
P.D. En tu portátil he encontrado esta foto tuya de tu último viaje a Madrid con tus amigos Paco, Luis, Isa, Cinta y Luis.

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