Como ya sabes, para nosotros el pistoletazo de salida es mi cumpleaños y este año tal y como hemos decidido se pasarán por encima mientras podamos.
Al despertarme como cualquier día desde septiembre pensé en tí y al bajar recibí un regalo "tuyo" auspiciado por nuestra madre, acompañado por una nota que me hizo llorar y que decía lo siguiente:
Jhosebe, soy Jon, "el pesao" desde el otro lado como dice el escrito de Dori. No me he podido contener y he querido que tengas mi regalito sin que sirva de precedente. Esto lo hago porque es el primer año, así que no te hagas más ilusiones que aquí arriba no te dan los permisos así como así,
muxu asko chata (vieji), agur.
Luego y aunque hacía un frío terrible, empezamos a cumplir nuestra consigna (salir y entretenernos lo más posible) y nos fuimos al mercadillo de Cacela en Portugal. Aún estando el sol fuera nos congelamos pero cumplimos el objetivo. Eso sí, ya no tuvimos que comprar ningún queso para tí.
Regresamos para comer y el almuerzo fueron las kokotxas enviadas por tu prima Arantxa que ya sabes me gustan mucho pero sin ningún festejo más. No hubo ni tapas ni tarta.
Por la tarde, otra vez a la calle (en casa nos sentimos ahogados). Esta vez fuimos al cine y mi subconsciente mi volvió a traicionar: "no le hemos dicho nada a Jon... ¿y si llama a casa y no hay nadie? Además se va a enfadar por no decirle que ibamos a ver Avatar." Me dura unos instantes y enseguida vuelvo a la cruda realidad ¿¡Cómo nos va a llamar!?
Y así terminó mi primer cumpleaños en que no has estado a mi lado porque incluso en el primero ya estabas presente. Bueno, habrá que pensar que estabas conmigo en espíritu.
Me parece mentira no verte más, Jhosebe.
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