sábado, 12 de diciembre de 2009

La sanidad andaluza. Hospitales: segunda etapa

Hospital Reina Sofía (Córdoba), “la fábrica”

Lo cierto es que el Reina Sofía, como seguramente sabréis, es un hospital puntero en el que todo está milimetrado y organizado, tienen folletos para cuando se opera una persona, para cuando entra en la UCI, la recepción, la salida,... pero según mi experiencia en algunos casos no se salen del guión previsto aunque sea necesario.

Crónica de la estancia:

a) Día 13 de septiembre, domingo: traslado de Huelva a Córdoba en ambulancia. Fuiste sentado junto a tu madre delante ¿para qué ibas a tenderte? Aunque ibas de hospital a hospital no entraste directamente sino que hubo que hacer cola en la recepción para que te dieran la habitación (nos recordó a la recepción de un aeropuerto o de un hotel).
La cola estaba formada por personas que venían de casa para ingresar para hacerse pruebas o alguna operación. Tú eras el único con pijama de hospital y estaba sentado en una silla para poder aguantar la bombona de oxígeno.
Como eres así, le echaste cara y argumentando la pinta que tenías, pediste a la gente que te dejara pasa y lo hicieron.


Primer problema: resultó que en la habitación asignada en la planta de cirugía torácica habían ingresado a una mujer y como no había otra libre allí, te ingresaron en una de estomatología. ¡Sorprendentemente las habitaciones de hospital pueden ser más pequeñas aún!.
Te vio la doctora responsable de ti en el hospital y cambió algunas cosas de tu tratamiento, incluido calmantes. Tuviste que avisar porque tenías dolor, además del cambio, con el traslado te saltaste una toma. La doctora vino enseguida y te puso otro calmante.

- Día 14, lunes: intervención.
Tenías mucho miedo a la anestesia general pero te dijimos que con lo fuerte que estabas y las pruebas de corazón que te habían hecho, no pasaría nada.
Entraste a quirófano a las 12:30 y los médicos salieron a informar sobre las 14:00. Nos comentaron que tus pulmones estaban muy mal pero que la biopsia en sí había ido bien y que ya estabas consciente. Había que esperar a que salieras de la sala del despertar. Nos dijeron además que en 48 horas podríamos marcharnos a Huelva, no al hospital sino a casa, a esperar el resultado de la biopsia.
En un folleto que te dan para explicarte el procedimiento de la operación indicaba que si a las 19:00 horas no se salía de la sala, dejaban allí el paciente en observación hasta el día siguiente. Estuvimos esperando durante horas y saliste a las 18:50. Te estuviste quejando mucho por el dolor (lo cierto es que nadie nos había explicado en que consistía la toracoscopia y tu no ibas mentalizado) y te tuvieron en observación pero cuando llegó la hora límite te sacaron, si no, tenías que pasar la noche allí (no puedo juzgar si no deberías haberte quedado allí). Lo cierto, es que nosotros nos alegramos mucho de verte y nos saludaste al salir con la mano y una sonrisa.
Durante la intervención y en la espera nos acompañaron tu amiga Rosa y su hija que nos vinieron muy bien. Muchas gracias a ambas.
Yo llevaba seis noches en un sillón contigo y fue mamá quién se quedó pero antes de una hora me llamaste y volví al hospital. Estabas muy fastidiado con el dolor pero, por lo demás, todo parecía ir bien.

- Día 15, martes: se opera tu compañero de habitación. Para poder sacar su cama el celador tiene que hacer virguerías, de tal forma que te quita el tubo que va de la pared a la caja de drenaje y nadie se da cuenta. Lo vuelve a conectar una enfermera casi una hora después.
Por la tarde vino el responsable de cirugía torácica a verte, revisa tu tratamiento y te quita el ayuno. Todo va bien por ahora aunque sigues con muchos dolores. Por lo visto, este tipo de intervención duele mucho.
A las 7 de la tarde no sé si porque te sentaste o porque te ocurrió sin más, empezó a entrarte aire de forma que te hinchabas. Me dijiste “el cuello se me está hinchando”. Además de tocar el timbre fui corriendo a avisar.
Vino enseguida tu doctora y te hace una pequeña incisión en el pecho para sacarte el aire. Te hacen una radiografía para comprobar como está todo y dicen que es sólo aire subcutáneo y que todo va bien. Viene a verte varias veces más para ver cómo sigues.
A la hora de la cena te traen una manzanilla para “cenar” aunque ya te habían quitado el ayuno. Claro, no estaba en el pedido del día y no se puede improvisar ni traer nada alternativo. Le dijiste que podía llevarse la manzanilla e intenté buscarte algo en las máquinas que no te hizo mucha gracia. Lo siento, pero es que no había ni un mísero sándwich y la tienda estaba ya cerrada.
Pasaste una noche horrorosa en la que avisaste multitud de veces. Te dieron varias cosas para intentar que durmieras pero lo único que hicieron fue que estuvieses drogado y sin control. Lo mismo te sentabas que te ponías de pie. Tanto el psiquiatra como la neumóloga dieron instrucciones a distancia porque nadie vino a verte.
A las 6:30 les dije que no te dieran más drogas y que llamaran ya a tu doctora que vino enseguida. Me dice que todo va bien y se va, pero no, la cosa no va bien.

- Día 16, miércoles: a las 11 te cambian a la que tenía que haber sido tu planta aunque por lo visto ya se estaban planteando tu traslado a la UCI. Lo cierto es que el personal de la planta en la que estabas no controlan bien el tema pulmonar y parecen agobiados. Te levantaste para cambiar de cama...
Cuando llegaste a la otra planta, te atendió una enfermera a la que le parecía fastidiar tu traslado allí y su trato fue desagradable. Hasta le pareció mal que mamá te diese caramelos. Nadie nos había dicho nada y tu estabas hambriento, de hecho los masticaste.
A la hora y media te trasladan la UCI ¿para qué te hicieron cambiar de planta?. Nos dijiste adiós con la mano al entrar allí. El médico que te acompañó en tu traslado (tu médica estaba en una operación) salió de la UCI sin dirigirnos la palabra y nos quedamos esperando en la puerta durante hora y media a que nos informaran sobre tu estado pero claro había pasado la visita de la mañana en la que informaba el médico y nadie salió.
Te vimos por la tarde, estabas profundamente dormido (¡llevabas dos días sin dormir!) y te desperté. Me dijiste por señas que te encontrabas bien y tus constantes vitales también parecían estar bien. Digo parecían porque tampoco vino médico alguno a informar. Ya no podíamos verte hasta las 12:00 del día siguiente y aquella noche dormimos tranquilas.

- Día 17, jueves: entramos en la visita de la mañana y nos dijiste que estabas regular y que tenías sed. Tu respiración ya no era regular.
Estaba allí tu doctora y el intensivista que nos dijeron que estabas muy mal y que si había que intubarte te morías. Habían llamado a los laboratorios a los que habían enviado las muestras a ver si había algún resultado y podían ponerte algún tratamiento.
Una hora más tarde ya estabas intubado y el resto es historia. Moriste sin un diagnóstico después de ingresar el 12 de agosto en Huelva.

Tengo que creer en lo que nos dijeron en los médicos aunque la mortalidad en una toracoscopia es ínfima porque, según nos dijeron, a pesar de tu aspecto, tus pulmones estaban muy mal.

Tenemos que agradecer su amabilidad y atención a la persona que atiende en la sala de espera de familiares de la UCI. Se preocupó por nosotros, nos facilitó el que pudiéramos verte todos antes de tu muerte y nos atendió dándonos mantas e infusiones. Las mantas no nos hicieron falta.

Tu hermana, la matemática.

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