miércoles, 4 de noviembre de 2009

Justine. Escultura – Instalación Mayo 2005



Un cadáver mutilado dispuesto de forma teatral sobre un paisaje idílico es denuncia grotesca por contraste, enmudecida belleza terrible y repugnante literatura poética agazapada tras bodegones de muerte (composiciones).

Cuando Justine apareció en mi vida de la mano de Sade, aprecié su esplendor de bella domesticada, situé sus curvas en mi memoria y la misma memoria se volvió curva hasta cerrarse en un círculo de placer perfecto.

Comprendí más tarde que el amor que daña, que te hace encogerte en un rincón, no es amor alguno, sino pasión descontrolada y maldad tenida por destreza.

Esta obra es un tributo hacia esa mujer que es a la vez una y mil criaturas, mancilladas todas para deleite de una fauna maldita.

Justine representa una búsqueda errática por los caminos del dolor y la anulación, esta elegía en forma de poemario creo que la dignifica pues la presenta al mundo como lo que fue, la víctima de un ser despreciable.

En la portada Justine es dibujada como una seductora dominante de máscara y guantes negros, una criatura sometida a debilidades propias y ajenas, cuya belleza es eterna en nuestros ojos eróticos, perdida para los sin corazón.

Te presento un cadáver mutilado que en su día se entregara a un forense tierno, y éste, humanizado en su quehacer diario, olvidó los datos médicos etiquetando el cuerpo con cientos de poemas, suplicando porque la belleza sobreviviera a los tiempos y sus despejos.


© Jon Castizo Ciluaga

2 comentarios:

  1. estoy muy triste por el fallecimiento de un conocido y sobretodo amante de la pintura igual que yo y lo siento por el fallecimiento

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